¿Cómo lo estoy haciendo?

This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.
martes, 4 de marzo de 2014
Sería interesante... experiencias educativas
Una nueva sugerencia para incluir en vuestros seguimientos: buscar y comentar (subrayo comentar) experiencias educativas concretas que os parezcan sugerentes, inteligentes, útiles, atrevidas... Por ejemplo, recoplilando y comentando (subrayo comentando) blogs del profesorado (por ejemplo), del alumnado, de escuelas que tengan proyectos de atención a la diversidad, de inserción social, de fomento de la actividad física, de detección y lucha contra el acoso escolar, de atención a...
Ya estamos (casi) todos
Por fin he actulizado "La comunidad EdMOv" (perdón por el retraso). Salvo excepciones señaladas en amarillo (que deben revisar su dirección o sus privilegios de acceso), estamos todos y todas. Por favor, comporbad que vuestras actualizaciones salen publicadas en el menú lateral y, si no es así, comunicádmelo.
lunes, 3 de marzo de 2014
Recomendaciones blogueras
Una vez publicados y facilitado el acceso a los blogs, llega el momento de valorarlos. Para eso, os pido que utilicéis los comentarios de este post para recomendar blogs de otros compañeros y compañeras detallando:
- El nombre del blog que recomendais y la(s) personas que lo publican. Mucho mejor si lo enlazáis, de manera que baste con hacer clic para acceder (En esta página se explica cómo hacer enlaces en los comentarios. Es fácil como demuestra el hecho de que yo lo haya hecho).
- La dirección del blog (no hace falta si lo habéis enlazado)
- IMPORTANTE: El motivo o motivos por el que os gusta u os parece útil.
Este último aspecto es importante porque así proporcionáis criterios de EVALUACIÓN que os pueden servir como guía para orientaros en el camino de mejorar vuestros propios blogs (¡una guía que elaboráis vosotros mismos!), lo que resulta un excelente complemente de otras recomendaciones que ya conocéis.
Además de una buena manera de hacerlos visibles, es una forma de reconocimiento a vuestros estupendos trabajos. Recordad: NO VALE RECOMENDAR VUESTRO PROPIO BLOG, SINO EL DE ALGUNO DE VUESTROS COMPAÑEROS/AS. Ahora, eso sí: Quid pro quo...
- El nombre del blog que recomendais y la(s) personas que lo publican. Mucho mejor si lo enlazáis, de manera que baste con hacer clic para acceder (En esta página se explica cómo hacer enlaces en los comentarios. Es fácil como demuestra el hecho de que yo lo haya hecho).
- La dirección del blog (no hace falta si lo habéis enlazado)
- IMPORTANTE: El motivo o motivos por el que os gusta u os parece útil.
Este último aspecto es importante porque así proporcionáis criterios de EVALUACIÓN que os pueden servir como guía para orientaros en el camino de mejorar vuestros propios blogs (¡una guía que elaboráis vosotros mismos!), lo que resulta un excelente complemente de otras recomendaciones que ya conocéis.
Además de una buena manera de hacerlos visibles, es una forma de reconocimiento a vuestros estupendos trabajos. Recordad: NO VALE RECOMENDAR VUESTRO PROPIO BLOG, SINO EL DE ALGUNO DE VUESTROS COMPAÑEROS/AS. Ahora, eso sí: Quid pro quo...
miércoles, 19 de febrero de 2014
Sería interesante... semana EdMov
Ya están disponibles las actualizaciones de vuestros blogs en el menú lateral "Comunidad EdMov", de manera que sea fácil su seguimiento.
Por eso, sería interesante que en vuestros propios blogs incluyerais una entrada, por ejemplo, semanal de lo que se hace en la "Comunidad EdMov". Se trataría de un análisis global de lo que, a vuestro juicio, se ha hecho en la comunidad edmov: entradas que nos hayan parecido interesantes (o todo lo contrario), comentarios que nos parezcan relevantes, aprendizajes que hayamos sacado a partir de lo que han aportado (o no) nuestros compañeros en sus blogs...
Y recordad: la mejor manera de hacer visibles vuestros blogs es publicar posts interesantes y visitar y comentar los de vuestros compañeros.
Por eso, sería interesante que en vuestros propios blogs incluyerais una entrada, por ejemplo, semanal de lo que se hace en la "Comunidad EdMov". Se trataría de un análisis global de lo que, a vuestro juicio, se ha hecho en la comunidad edmov: entradas que nos hayan parecido interesantes (o todo lo contrario), comentarios que nos parezcan relevantes, aprendizajes que hayamos sacado a partir de lo que han aportado (o no) nuestros compañeros en sus blogs...
Y recordad: la mejor manera de hacer visibles vuestros blogs es publicar posts interesantes y visitar y comentar los de vuestros compañeros.
Alone together
Al hilo del ejemplo de cuerpo comunicativo, en EdMOv han proliferado vídeos con abrazos, lo cuál está muy bien, porque justamente el abrazo es una expresión de esa absoluta cercanía con el Otro que reclama Frank con ese concepto. Como contrapunto, ahí va un post que habla de la cara oculta que tiene las supuestas"ventajas" de estar conectados en red. Ahí va:
Felicitaciones por hablar entre vosotros, mirándoos a la cara, y no solo con vuestras máquinas o a través de vuestras máquinas. De alguna manera estáis contradiciendo a Sherry Turkel que en este interesante artículo poublicado en el País Semanal (25 de abril de 2012) augura una sociedad en la que "cada vez se espera más de la tecnología y menos de los humanos". Turkle, autora de un libro titulado Alone Together, es una psicóloga que se preocupa de estudiar los vínculos emocionales que establecemos con las máquinas y a través de las máquinas. "Alimentamos las relaciones que controlamos, las digitales". Las máquinas y el acceso a las redes sociales "nos da la sensación de estar en compañía sin tener que someternos a las exigencias de la amistad". Como consecuencia, la posibilidad de intimar con otras persona se encoge, muy especialmente si la intimidad la queremos establecer con nosotros mismos. En otras palabras, nuestra capacidad de estar solos se atrofia. Y Turkel afirma que la soledad es vital para meditar, para reflexionar, para concentrarse, para asimilar el conocimiento, para conocernos...
Turkle es otro ejemplo de cibergurú converso, como también lo es Carr, que en su estupendo libro qué ¿Què está haciendo internet con nuestras mentes? habla de cómo, literalmente, internet está cambiando nuestros cerebros (Carr, 2011: 116):
Dos reflexiones. La primera, me llama la atención la capacidad de Turkel y Carr para cambiar radicalmente de forma de pensar. Sus tesis cambian, pero lo que permanece es su preocupación por el ser humano. Hablan o, mejor dicho, razonan acerca de lo que resulta deseable. Son capaces de analizar lo que ocurre y recomendar que se "desconecte", a pesar de las muchas y muy poderosas fuerzas que genera el "culto a la tecnología". No se preocupan por si su discurso es minoritario o por si es o no posible llevarlo a la práctica. Me pregunto si nosotros seríamos capaces de tener una actitud similar hacia la actividad física y, por ejemplo, todo el mercado que genera el "culto al cuerpo", o bien si nos escudaríamos en algo así como que"no es posible cambiarlo", "es lo que piensa todo el mundo", o "no podemos tirar piedras sobre nuestro tejado".
La segunda. Ya en relación con el tema en cuestión, me pregunto qué tipo de intimidad establecemos con nuestros cuerpos y el de los otros. Me pregunto si esas relaciones no serán cada vez más controlables y superficiales, como las que establecemos con las máquinas y a través de las máquinas. Si no será que buscamos meramente entretenernos o distraernos con nuestros cuerpos y en nuestros cuerpos, relacionándonos con él de manera similar a como nos relacionamos con alguien a quien enviamos un SMS o un Wassup (o cómo se diga): sin arriesgarnos a conocerlo de veras.
Al decir "conocer de veras" no me refiero a saber el nombre de sus músculos o la naturaleza de sus funciones, sino a comprender qué hace y porqué hace lo que hace; qué busca, qué desea, porqué desea lo que desea. Si eso que hace, busca y desea resulta de veras valioso o beneficioso, o si lo estará haciendo, buscando o deseando porque sea valioso o beneficioso para alguien o algo ajeno. Arthur Frank mantiene que los cuerpos disciplinados y especulares se caracterizan por la relación disociada que mantienen con el ser: el cuerpo es un objeto, un ello, un algo predecible, mejorable, reparable. Algo que hemos de trabajar, de curar, algo que debe rendir más o ser más bello (según estándares de rendimiento o belleza que les son impuestos y que , a su vez, impone a los demás).
En definitiva, lo que me pregunto cuando me pregunto si somos capaces de conocernos "de veras" es si somos capaces de asociarnos con nuestros cuerpos (en palabras de Arthur Frank), si somos capaces de intimar con él, al igual que haríamos con alguien a quien tuvieramos cerca y a quién quisiéramos arriesgarnos a conocer de veras.
Felicitaciones por hablar entre vosotros, mirándoos a la cara, y no solo con vuestras máquinas o a través de vuestras máquinas. De alguna manera estáis contradiciendo a Sherry Turkel que en este interesante artículo poublicado en el País Semanal (25 de abril de 2012) augura una sociedad en la que "cada vez se espera más de la tecnología y menos de los humanos". Turkle, autora de un libro titulado Alone Together, es una psicóloga que se preocupa de estudiar los vínculos emocionales que establecemos con las máquinas y a través de las máquinas. "Alimentamos las relaciones que controlamos, las digitales". Las máquinas y el acceso a las redes sociales "nos da la sensación de estar en compañía sin tener que someternos a las exigencias de la amistad". Como consecuencia, la posibilidad de intimar con otras persona se encoge, muy especialmente si la intimidad la queremos establecer con nosotros mismos. En otras palabras, nuestra capacidad de estar solos se atrofia. Y Turkel afirma que la soledad es vital para meditar, para reflexionar, para concentrarse, para asimilar el conocimiento, para conocernos...
Turkle es otro ejemplo de cibergurú converso, como también lo es Carr, que en su estupendo libro qué ¿Què está haciendo internet con nuestras mentes? habla de cómo, literalmente, internet está cambiando nuestros cerebros (Carr, 2011: 116):
"Interactividad, hipervínculos, búsquedas, multimedia… Todas esas cualidades de la Red reportan atractivos beneficios. Junto con el volumen sin precedentes de información disponible en línea, son las principales razones por las que a la mayoría de nosotros nos atrae tanto el uso de Internet. Nos gusta ser capaces de pasar de leer a escuchar o ver sin tener que levantarnos a encender otro aparato ni buscar una pila de revistas o discos. Nos gusta poder encontrar y ser transportados de inmediato a los datos que buscamos sin tener que revisar un montón de cosas ajenas a la materia. Nos gusta estar en contacto con amigos, familiares, colegas. Nos gusta sentirnos conectados, y odiamos sentirnos desconectados. Quisieramos pensar que Internet no cambia nuestros hábitos intelectuales en contra de nuestra voluntad. Pero cambiarlos, los cambia."
Dos reflexiones. La primera, me llama la atención la capacidad de Turkel y Carr para cambiar radicalmente de forma de pensar. Sus tesis cambian, pero lo que permanece es su preocupación por el ser humano. Hablan o, mejor dicho, razonan acerca de lo que resulta deseable. Son capaces de analizar lo que ocurre y recomendar que se "desconecte", a pesar de las muchas y muy poderosas fuerzas que genera el "culto a la tecnología". No se preocupan por si su discurso es minoritario o por si es o no posible llevarlo a la práctica. Me pregunto si nosotros seríamos capaces de tener una actitud similar hacia la actividad física y, por ejemplo, todo el mercado que genera el "culto al cuerpo", o bien si nos escudaríamos en algo así como que"no es posible cambiarlo", "es lo que piensa todo el mundo", o "no podemos tirar piedras sobre nuestro tejado".
La segunda. Ya en relación con el tema en cuestión, me pregunto qué tipo de intimidad establecemos con nuestros cuerpos y el de los otros. Me pregunto si esas relaciones no serán cada vez más controlables y superficiales, como las que establecemos con las máquinas y a través de las máquinas. Si no será que buscamos meramente entretenernos o distraernos con nuestros cuerpos y en nuestros cuerpos, relacionándonos con él de manera similar a como nos relacionamos con alguien a quien enviamos un SMS o un Wassup (o cómo se diga): sin arriesgarnos a conocerlo de veras.
Al decir "conocer de veras" no me refiero a saber el nombre de sus músculos o la naturaleza de sus funciones, sino a comprender qué hace y porqué hace lo que hace; qué busca, qué desea, porqué desea lo que desea. Si eso que hace, busca y desea resulta de veras valioso o beneficioso, o si lo estará haciendo, buscando o deseando porque sea valioso o beneficioso para alguien o algo ajeno. Arthur Frank mantiene que los cuerpos disciplinados y especulares se caracterizan por la relación disociada que mantienen con el ser: el cuerpo es un objeto, un ello, un algo predecible, mejorable, reparable. Algo que hemos de trabajar, de curar, algo que debe rendir más o ser más bello (según estándares de rendimiento o belleza que les son impuestos y que , a su vez, impone a los demás).
En definitiva, lo que me pregunto cuando me pregunto si somos capaces de conocernos "de veras" es si somos capaces de asociarnos con nuestros cuerpos (en palabras de Arthur Frank), si somos capaces de intimar con él, al igual que haríamos con alguien a quien tuvieramos cerca y a quién quisiéramos arriesgarnos a conocer de veras.
jueves, 6 de febrero de 2014
Un ejemplo estrafalario
Acapella Science. ¿Un divertimento? Puede que sí. Pero también un ejemplo de cómo hacer algo novedoso y efectivo para aprender, para que los demás aprendan y para dejar constancia de todo ello.
Si llegáis al final veréis que la cosa tiene fundamento, como diría el gran Arguiñano, otro que ayuda a aprender.
domingo, 2 de febrero de 2014
Autoevaluación inicial: preguntas orientativa
La autoevaluación formativa es un proceso. Estas preguntas pueden servir como orientación para realizar una evaluación inicial sobre tus intereses, gustos, posibilidad y compromiso de aprendizaje en la asignatura:
¿Qué espero aprender?
¿Qué voy a hacer para aprender?
¿Qué voy a hacer para que los demás aprendan?
¿Qué utilidad tiene lo espero aprender, lo que voy a hacer para aprender y lo que voy a hacer para que los demás aprendan?
¿Qué valor tiene lo espero aprender, lo que voy a hacer para apreder y lo que voy a hacer para que los demás aprendan?
Son preguntas orientativas. No hace falta responderlas una a una, si no se quiere. Lo importante es que ayuden a constatar, valorar y tomar decisiones sobre tu participación en la asignatura y, por tanto, sobre lo que (no) vas a aprender y cómo (no) vas a aprender. Es decir, que sirvan para autoevaluarte.
¿Qué espero aprender?
¿Qué voy a hacer para aprender?
¿Qué voy a hacer para que los demás aprendan?
¿Qué utilidad tiene lo espero aprender, lo que voy a hacer para aprender y lo que voy a hacer para que los demás aprendan?
¿Qué valor tiene lo espero aprender, lo que voy a hacer para apreder y lo que voy a hacer para que los demás aprendan?
Son preguntas orientativas. No hace falta responderlas una a una, si no se quiere. Lo importante es que ayuden a constatar, valorar y tomar decisiones sobre tu participación en la asignatura y, por tanto, sobre lo que (no) vas a aprender y cómo (no) vas a aprender. Es decir, que sirvan para autoevaluarte.
martes, 17 de diciembre de 2013
Autoevaluación 2013a
Mi autoevaluación tiene dos partes. Una más formal y otra menos o, si se prefiere, más narrativa. Lo hago así porque creo que es la forma más adecuada de expresar lo que pienso y lo que siento.
La primera. No he aprendido nada especialmente nuevo, nada que no hubiera escrito en otras autoevaluaciones de otros cursos. De nuevo hemos encarado un proceso juntos, los estudiantes y yo, y de nuevo los resultados son diversos, principalmente en función de la implicación y la voluntad de cada uno. Otra vez la culminación del proceso es, en unas ocasiones, sorprendente y productiva y, en otras, hueca y decepcionante. Vuelvo a comprobar que en muchos, en la mayoría de los casos hay una evolución o, mejor dicho, hay evoluciones diversas, pero todas a mejor, y eso es LO interesante. Me alegra comprobar de nuevo cómo a veces de manera sutil, casi sin darse cuenta, avanza en la comprensión y el compromiso con la práctica educativa. Y cómo cada uno aporta algo a esa comprensión y ese compromiso colectivo. Eso quienes avanzan en algún sentido, claro. Y sobre todo me alegra comprobar de nuevo el nivel de participación horizontal, el de los comentarios que os hacéis entre vosotros, ese alimento del que se nutre la comunidad de aprendizaje.
De nuevo he trabajado de lo lindo siguiendo los seguimientos, sugiriendo, evaluando continuamente, elaborando posts en mi blog (16 este año, todos elaborados y con 'carga de profundidad'), comentando en el de todos. Como siempre, mis compañeros me dicen 'estás loco, deberías dedicar ese tiempo y ese esfuerzo a investigar'. O, 'no sirve para nada, el que no quiere aprender no aprende'. O 'nunca te lo reconocerán. Ni la institución ni los propios estudiantes'. Otra vez se equivocan. En todo. Bueno, en casi todo.
De nuevo, creo haber creado una colección rica y potencialmente interesante de oportunidades para el aprendizaje. En ese sentido, la principal novedad es el proyecto 'me interesa'. Dar voz a la singularidad y la diversidad rigurosa ha sido para mí lo más interesante de la asignatura (a excepción, por supuesto, de lo que cada uno a hecho en su seguimiento, que es LO interesante). También lo que menos eco ha tenido. En todo caso, me ha inspirado. Debo trabajar más y mejor en ese sentido, en el de la pedagogía por proyectos. Seguramente en el futuro haré una propuesta de proyecto común más directiva (un tema, una actividad -una exposición, un calendario...), con lo que habrá más implicación, pero se perderá incertidumbre, resolución y frescura. Al menos, es un nuevo objetivo.
Y de que sirve todo esto? A mi, para sentirme vivo como docente. Creo que ya no podría enseñar sin escuchar la voz de los estudiantes. Y utilizar mejor lo que escucho es mi manera de mejorar. Aunque de que me sirva a mi lo que hacemos es lo menos importante. Lo importante de veras es de que pueda servir a los demás, a las personas que educamos ahora o a las que educáremos en un futuro. Y de eso va la segunda parte de mi autoevaluación, la narrativa.
Un frío día de invierno. Hace un sol de uñas, que araña pero no traspasa la piel. Son las 11 y estoy con mi hija de un año y medio en el parque en el que habitualmente juega. La zona de juegos está ocupada por adolescentes de un instituto cercano que toman su almuerzo. El lugar empieza a convertirse en un estercolero. Latas y envases de todo tipo, residuos de bocadillo, pieles de plátano, pipas, envoltorios de caramelo se arremolinan en los bancos. Miro alrededor y veo que cuatro papeleras acotan el perímetro de la zona. Me acerco acompañado de mi hija que patea alegre una lata de Trina de naranja recién exprimida. Están casi vacías. Me dirijo educadamente a los adolescentes para afearles su conducta y, mientras señalo residuos concretos, les ruego que los depositen donde corresponde. Uno tras otro me contestan que esa bolsa no es suya, que esa lata no se la ha bebido ella, que ese plátano no se lo ha comido él. 'No es mío', 'no he sido yo', 'eso no lo he tirado'. Eso es todo lo que me responden, mientras yo pienso, y expreso, que es una pena ver el parque, nuestro parque, así. 'No es mío', 'no he sido yo', 'eso no lo he tirado' insisten, mientras abandonan el parque hecho un estercolero, camino al instituto.
Pienso que muchos de los profesores que se encontrarán esos adolescentes en ese instituto al que ahora se dirigen, deben mantener con ellos la misma relación que ellos tienen con los residuos que han esparcido por el parque. Ese zoquete, ese potencial residuo social 'no es mío', 'no he sido yo quien lo ha criado', 'eso no lo he tirado yo'. Debe pensar que ese alumno que es un estorbo y que esa alumna que es un incordio no son problemas suyos, sino de 'otros', los que los hayan creado así o los hayan puesto en su camino, los que hayan puesto esa basura en su camino. 'A ver si pasa pronto el año o se va a otro instituto', deben pensar. O, simplemente, ni se lo plantean. Lo entiendo, como también entiendo al adolescente irresponsable, que se esconde en la masa, que ve humillante hacer caso a alguien mayor que él, a alguien que le da razones para actuar. Entiendo, como tan bien me enseñó Francisco Javier, que hay gente vulnerable y desconcertada, que no sabe expresar sus sentimientos más que de forma inadecuada. Entiendo esa rabia, esa frustración, esa impotencia cuando te ves envuelto en esas situaciones. La entiendo en los adolescentes y en los profesores. Pero me entristece.
Ojalá, ojalá, algo de lo que hagamos juntos como educadores , sea lo que sea, sea cuando sea, contribuya en algo a que todos disfrutemos juntos y alegres de ese sol de uñas, tan agradable de sentir en un día frío de invierno.
¿Nota?: 6'5, provisionalmente.
La primera. No he aprendido nada especialmente nuevo, nada que no hubiera escrito en otras autoevaluaciones de otros cursos. De nuevo hemos encarado un proceso juntos, los estudiantes y yo, y de nuevo los resultados son diversos, principalmente en función de la implicación y la voluntad de cada uno. Otra vez la culminación del proceso es, en unas ocasiones, sorprendente y productiva y, en otras, hueca y decepcionante. Vuelvo a comprobar que en muchos, en la mayoría de los casos hay una evolución o, mejor dicho, hay evoluciones diversas, pero todas a mejor, y eso es LO interesante. Me alegra comprobar de nuevo cómo a veces de manera sutil, casi sin darse cuenta, avanza en la comprensión y el compromiso con la práctica educativa. Y cómo cada uno aporta algo a esa comprensión y ese compromiso colectivo. Eso quienes avanzan en algún sentido, claro. Y sobre todo me alegra comprobar de nuevo el nivel de participación horizontal, el de los comentarios que os hacéis entre vosotros, ese alimento del que se nutre la comunidad de aprendizaje.
De nuevo he trabajado de lo lindo siguiendo los seguimientos, sugiriendo, evaluando continuamente, elaborando posts en mi blog (16 este año, todos elaborados y con 'carga de profundidad'), comentando en el de todos. Como siempre, mis compañeros me dicen 'estás loco, deberías dedicar ese tiempo y ese esfuerzo a investigar'. O, 'no sirve para nada, el que no quiere aprender no aprende'. O 'nunca te lo reconocerán. Ni la institución ni los propios estudiantes'. Otra vez se equivocan. En todo. Bueno, en casi todo.
De nuevo, creo haber creado una colección rica y potencialmente interesante de oportunidades para el aprendizaje. En ese sentido, la principal novedad es el proyecto 'me interesa'. Dar voz a la singularidad y la diversidad rigurosa ha sido para mí lo más interesante de la asignatura (a excepción, por supuesto, de lo que cada uno a hecho en su seguimiento, que es LO interesante). También lo que menos eco ha tenido. En todo caso, me ha inspirado. Debo trabajar más y mejor en ese sentido, en el de la pedagogía por proyectos. Seguramente en el futuro haré una propuesta de proyecto común más directiva (un tema, una actividad -una exposición, un calendario...), con lo que habrá más implicación, pero se perderá incertidumbre, resolución y frescura. Al menos, es un nuevo objetivo.
Y de que sirve todo esto? A mi, para sentirme vivo como docente. Creo que ya no podría enseñar sin escuchar la voz de los estudiantes. Y utilizar mejor lo que escucho es mi manera de mejorar. Aunque de que me sirva a mi lo que hacemos es lo menos importante. Lo importante de veras es de que pueda servir a los demás, a las personas que educamos ahora o a las que educáremos en un futuro. Y de eso va la segunda parte de mi autoevaluación, la narrativa.
Un frío día de invierno. Hace un sol de uñas, que araña pero no traspasa la piel. Son las 11 y estoy con mi hija de un año y medio en el parque en el que habitualmente juega. La zona de juegos está ocupada por adolescentes de un instituto cercano que toman su almuerzo. El lugar empieza a convertirse en un estercolero. Latas y envases de todo tipo, residuos de bocadillo, pieles de plátano, pipas, envoltorios de caramelo se arremolinan en los bancos. Miro alrededor y veo que cuatro papeleras acotan el perímetro de la zona. Me acerco acompañado de mi hija que patea alegre una lata de Trina de naranja recién exprimida. Están casi vacías. Me dirijo educadamente a los adolescentes para afearles su conducta y, mientras señalo residuos concretos, les ruego que los depositen donde corresponde. Uno tras otro me contestan que esa bolsa no es suya, que esa lata no se la ha bebido ella, que ese plátano no se lo ha comido él. 'No es mío', 'no he sido yo', 'eso no lo he tirado'. Eso es todo lo que me responden, mientras yo pienso, y expreso, que es una pena ver el parque, nuestro parque, así. 'No es mío', 'no he sido yo', 'eso no lo he tirado' insisten, mientras abandonan el parque hecho un estercolero, camino al instituto.
Pienso que muchos de los profesores que se encontrarán esos adolescentes en ese instituto al que ahora se dirigen, deben mantener con ellos la misma relación que ellos tienen con los residuos que han esparcido por el parque. Ese zoquete, ese potencial residuo social 'no es mío', 'no he sido yo quien lo ha criado', 'eso no lo he tirado yo'. Debe pensar que ese alumno que es un estorbo y que esa alumna que es un incordio no son problemas suyos, sino de 'otros', los que los hayan creado así o los hayan puesto en su camino, los que hayan puesto esa basura en su camino. 'A ver si pasa pronto el año o se va a otro instituto', deben pensar. O, simplemente, ni se lo plantean. Lo entiendo, como también entiendo al adolescente irresponsable, que se esconde en la masa, que ve humillante hacer caso a alguien mayor que él, a alguien que le da razones para actuar. Entiendo, como tan bien me enseñó Francisco Javier, que hay gente vulnerable y desconcertada, que no sabe expresar sus sentimientos más que de forma inadecuada. Entiendo esa rabia, esa frustración, esa impotencia cuando te ves envuelto en esas situaciones. La entiendo en los adolescentes y en los profesores. Pero me entristece.
Ojalá, ojalá, algo de lo que hagamos juntos como educadores , sea lo que sea, sea cuando sea, contribuya en algo a que todos disfrutemos juntos y alegres de ese sol de uñas, tan agradable de sentir en un día frío de invierno.
¿Nota?: 6'5, provisionalmente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)

This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.