miércoles, 21 de diciembre de 2011

Autoevaluación final

Como suelo hacer antes de escribir mi autoevaluación, releo las de otros años y veo vulnerabilidad y actitud defensiva. Me doy cuenta de que habitualmente me he servido de este momento final para mostrar mis dudas y mis dilemas, así como para, en gran medida, justificarme contra los estudiantes. Supongo que por eso hay tantas alusiones a insatisfacciones y a la cantidad y calidad de mi trabajo de enseñanza. El resultado es que esas autoevaluaciones reflejan un docente que se ve a sí mismo sumido en una brecha que le aleja de lo que en realidad quiere ser y hacer. Esta vez no me siento así. Me siento confiado y en confianza. Así que voy a ir al grano.

He aprendido cosas concretas y otras más generales. A título de ejemplo, entre las primeras he aprendido a hipervincular comentarios,  a gestionar un volumen importante de información y valorar los pros y contras de trabajar en red. Entre las segundas, he aprendido a escuchar y a tener paciencia, a dar tiempo y espacio para madurar. Lo he aprendido experimentando, colaborando y participando activamente. En este sentido, creo haber leído todas las entradas de todos lo blogs y he comentado la mayoría. También he leído y comentado los seguimientos "en papel". Esta omnipresencia ha tenido una cara positiva y otra negativa. La positiva, que me he asombrado y he disfrutado con muchas de vuestras aportaciones. Mi participación en vuestros blogs creo que también ha servido de estímulo para algunos, lo mismo que vuestras aportaciones en el blog de la asignatura me estimulan. Además, en algunos casos tengo la sensación ha haberos conocido a través de vuestro blog. La cara negativa es que me da la impresión de que algunos, sobre todo al principio, escribían para mi, y mi omnipresencia reforzaba esa perspectiva errónea de lo que es la participación en la asignatura. No obstante, esa participación distorsionada y unidireccioneal creo que se ha ido reconduciendo, y cada vez ha ganado más peso el deseo, la voluntad y la necesidad de compartir conocimientos, reflexiones y experiencias. Por otra parte, el conocimiento a través de vuestra participación también es ilusorio. Desgraciadamente, la triste realidad es que, salvo muy contadas excepciones, no he tenido oportunidad de conoceros de veras. Y el contacto virtual, en alguna medida, edulcora ese fracaso.

Todo esto me sirve para mejorar como docente y como persona. Creo que gracias a esta experiencia, gracias a vosotros, soy capaz de responder mejor a las dos preguntas que, según Tinning (1992), debería tener siempre presente cualquier educador: ¿Qué implicaciones tiene lo que se enseña y el modo en que se enseña? y ¿cómo enseñar mejor? Quiero acabar con dos ejemplos que ilustran algunas luces y sombras que acompañan ese camino de mejora:

A) A es un estudiante ficticio, que no existe en la realidad, pero que no por eso deja de ser real. A adora el deporte, su deporte, y es capaz de tener apasionadas y sesudas conversaciones sobre un desmarque, un pase o un gesto técnico. A vive la realidad a través de un cuerpo disciplinado, dominante y especular que condiciona lo que es y lo que quiere ser. La entrada del blog que más le ha gustado a A es "Loa del deporte". En realidad es la única con la que se siente identificado, con la que ha sentido algo. A su juicio, es la única entrada que ha captado su idea de lo que es importante. Lo demás, en realidad, ni lo entiende ni le interesa. Le parecen "pajas mentales", cito textualmente. A siente pasión por la enseñanza. Me encanta ver su entusiasmo en las clases prácticas o, mejor dicho, las que tienen lugar en el gimnasio. Ahí A está como pez en el agua. El principio educativo básico que guía a A es: "debo conseguir que mis alumnos sientan la misma pasión que yo por el deporte". Me gustaría hacerle ver que está equivocado. Ojalá algún día A entienda que su deber es conseguir que los alumnas y alumnas aprendan conocimientos valiosos de manera valiosa, y que esos conocimientos y experiencias les ayuden a mejorar como personas. Aunque no sientan lo que A siente.

B) Llevo un buen rato hablando con B, que está entusiasmada con su blog y con los blogs de los compañeros. Me cuenta reflexiones y vivencias personales. Me habla de su pueblo, de su padre, de su abuelo. Su trabajo es realmente magnífico. Pero su comentarios lo son aún más. Nos reimos y disfruto de ver su entusiasmo por aprender y su generosidad al darse a los demás. Para subrayar la importancia de ese difrute por aprender con y para los demás le hablo de C, un estudiante que a principio de curso me escribio este correo:  
"hola soy C. He realizado un blog que tiene esta dirección (X).La mayoría de mis compañeros piensan hacer también este trabajo a parte del blog, y me daría un poco de rabia, que copiasen cosas de mi blog,  fuesen doblemente evaluados por sus dos trabajos y yo peor evaluada por solo entregarte uno de los trabajos. Estoy un poco preocupada por la nota  ya que soy muy proteccionista"
Después de ver este correo, B se queda en silencio unos segundos. Luego me mira a los ojos y me dice: "¿Sabes quién te escribió ese correo? ¿Sabes quien es C? Soy yo".

Gracias de veras a A, a B y así hasta Z.

Y dicho todo esto, creo que merezco un 8. 

Referencia: Tinning, R. (1992). LA educación física, la escuela y sus profesores. València: Universitat de VAlència.

2 comentarios:

  1. Y que viva la diversidad!! Gracias también a todo ese abecedario (de la A a la Z) y Feliz Navidad de parte del Club de los Poetas Vivos

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