lunes, 18 de noviembre de 2013

¿Cómo se hace para ser un oxímoron?

Después de estar en la charla de Antonio Fraile, la pregunta que me ha quedado es: la expresion entrenador educador, ¿no será un oxímoron? Aunar en una misma expresión dos conceptos tan aparentemente distantes en sus finalidades, tan dispares en sus intenciones pero, también, tan ineludiblemente vinculados necesariamente supone conflicto. En cambio muchos, la mayoría, buscáis certezas. "Lo que hay que hacer es...!"; "La solución es...!"; "La culpa es de...!"; "¡Eso está muy bien, pero es imposible...!". Casi siempre, esas certezas enraizan en una historia personal monolítica: "si siempre me han entrenado, si siempre he entrenado, si lo que me piden es entrenar, ¿para qué voy a educar?". "Si siempre me ha ido bien así, ¿para qué me voy a plantear otras cosas?"
¡Ay de aquél o de aquella que se haga esas preguntas! Desde el mismo momento en que se la formule quedará atrapado en el oxímoron. Entonces la cuestión no es si debo serlo o no, sino: "¿cómo diablos puedo hacer para ser entrenador educador? ¿Cómo se hace para ser un oxímoron?"